Mejora tu postura
y tu movimiento

Las primeras referencias a la Técnica Alexander las encontré en estudios y cursillos sobre el uso de la voz en los que aconsejaban su práctica. Busqué información en internet, me compré un libro y me pareció muy interesante todo lo que leía; tenía mucho sentido y me entró la curiosidad de experimentarla en directo. Contacté con Marta a través de su página web y le pedí dar solo un par de clases.
En la primera sesión, yo creo que a los cinco minutos de que Marta pusiera sus manos sobre mis hombros, comencé a sentir unas sensaciones nuevas, difíciles de explicar, algo sutil al mismo tiempo que de una gran potencia interior. El resultado podría definirlo como sentirme más erguida, pero de una forma distinta, no rígida, sino… extendida a lo largo, como si hubiera ganado espacio en mi interior, como si las articulaciones se hubieran esponjado. Tampoco puedo explicar como se pasaron los minutos de la sesión con una gran intensidad física y mental para mí, aunque no realicé esfuerzos físicos al uso. Lo que sí puedo describir es la sensación de ligereza física y mental con la que caminaba de vuelta a mi casa. Entonces decidí que esto no se queda en dos sesiones, quería más; y así hemos seguido Marta y yo varios meses.