Sobre el parkinson y la Técnica Alexander. Artículos científicos

La Técnica Alexander y el Parkinson

Un resumen del estudio con 28 pacientes de Parkinson idiopático que dieron 24 clases de Técnica Alexander (TA)

​Hasta ahora, la investigación en Técnica Alexander se ha centrado en su eficacia para mejorar la forma de actuar en el escenario, el funcionamiento fisiológico de la respiración, por ejemplo, y también en la reducción del dolor, en particular el dolor de espalda. No hay nada publicado en lo que se refiere a mantener las capacidades aprendidas, en general las publicaciones muestran que el aprendizaje de la TA se ha centrado en el método de enseñanza y en la respuesta del alumno en la clase.

El objetivo de este estudio es ofrecer información por primera vez sobre un grupo de gente y de la forma en que se perciben cuando aplican la Técnica Alexander en su vida cotidiana. Se recabó información a partir de las respuestas que dieron 28 personas con Parkinson idiopático sobre la forma en que aplicaban la Técnica Alexander seis meses después de dar clases.

El diagnóstico básico de la enfermedad de Parkinson es temblor, rigidez, inestabilidad postural y dificultad de movimiento. Se reducen las expresiones faciales, el tamaño de la escritura y el rango de movimiento de los brazos. Aparecen cansancio, dolor, incapacidad de hablar y tragar bien y apatía. Es una enfermedad progresiva del sistema nervioso central. Se considera una enfermedad de la última etapa de la vida, aunque uno de cada siete enfermos tienen menos de 40 años. A menudo aparecen primero dificultades al andar: problemas de equilibrio, pasos más cortos, cansancio y lentitud. Pueden tener dificultades a la hora de sentarse o levantarse de un asiento blando.

A los participantes se les presentó un cuestionario de seis preguntas. Eran las siguientes:

  1. Si todavía te acuerdas de la Técnica Alexander en la vida cotidiana y la usas, ¿puedes describir en qué situaciones la usas?
  2. ¿La has usado en ocasiones específicas?
  3. ¿Qué ideas usas o recuerdas?
  4. ¿Qué direcciones usas todavía?
  5. Si te echas en el suelo en semi-supino, ¿con cuanta frecuencia lo haces?
  6. Los procesos de inhibición y dirección ¿han tenido una influencia en tu vida?

Estas cuestiones abiertas se propusieron para tener una idea de cuándo, cómo y dónde los alumnos se percibían a sí mismos usando la Técnica Alexander después de dar clases.

El estudio observó que este grupo controlado (de 28 personas) tenía un mejor control de sí mismos que el grupo que no había dado clases, tanto inmediatamente después de haber dado las clases como seis meses más tarde. La edad media de los participantes era de 64,1 años y la duración media de la enfermedad desde su primer diagnóstico era de 4,8 años. Podían subir 20 peldaños, echarse en el suelo y levantarse solos, aunque en algunos casos con mucha dificultad. Trece personas tenían un temblor evidente que iba desde moderado (12) a severo (1).

En cada clase se trabajaba en la silla, unos 10 minutos en una clase de 40 minutos. También se trabajaba andando y se solía hacer más tiempo que la silla. Era así porque todas las personas del grupo lo consideraban importante. También era importante la claridad con la que el alumno podía experimentar su mente mientras andaba y la influencia que tenía en el movimiento y en el equilibrio. Por eso el acto de andar se usaba desde la primera clase, para hacer que el alumno se interesara por la Técnica Alexander y aumentar la confianza de los alumnos en sus estrategias psicofísicas.

Las emociones fuertes, positivas y negativas, aumentan la probabilidad de que los músculos del cuello se pongan rígidos y de echar la cabeza hacia atrás sobre la columna, lo cual interfiere sobre el equilibrio. Con el Parkinson, a menudo aparecen emociones fuertes, como el miedo, en las actividades de la vida cotidiana, debido al temblor, la rigidez o la debilidad. Por eso a menudo se practicaba la capacidad de inhibir y dirigir mientras hacían actividades que les generaban estrés o pánico en su vida cotidiana debido al miedo de hacerlo mal. Se usaba la inhibición y la dirección para reducir la tensión que impedía la respiración mientras practicaban, en parte porque una respiración más libre tiene un efecto en la forma de hablar, en parte porque algunos alumnos tenían mucha rigidez en la zona del pecho y del cuello y en parte porque la Técnica Alexander tradicionalmente trabaja con la respiración. También se practicaba la Técnica Alexander al hablar con alumnos preocupados con su forma de hablar. Con todos se practicaban la inhibición y la dirección con respecto a la inmovilidad de la expresión de los músculos faciales, ya que esto es muy habitual entre los enfermos de Parkinson.

Once alumnos practicaron la aplicación de la inhibición y la dirección en el manejo de su temblor. A todos se les enseñó a echarse en el suelo en la primera clase, y se les dieron algunas instrucciones escritas. Se les animaba a que practicasen la posición al menos una vez al día, de 10 a 15 minutos. A menudo los alumnos percibían esta práctica como relajante, y más cuando lo combinaban con un pensamiento consciente para dar lugar a cambios. El efecto era que se soltaban tensiones inapropiadas y la coordinación de todo el cuerpo mejoraba. Esto lleva una respiración más libre y un movimiento más libre de músculos y articulaciones. También se les proporcionaba información escrita para aprender a aplicar la inhibición y la dirección en actividades concretas. Al final del curso, a cada alumno se le envió una grabación para guiarle en los pensamientos mientras hacían semi-supino y mientras estaban sentados.

A continuación se muestran seis tablas con los resultados del estudio, que se recopilaron seis meses después de dar clases.  Intervienen los 28 participantes.

TABLA 1TABLA 2
Uso de la inhibición y dirección durante actividades que se suelen ver afectadas por el ParkinsonUso de la inhibición y dirección para las cuestiones propias de la enfermedad
Andando o empezando a andar: 18
Sentado, levantándose o sentándose: 12
Para la respiración: 7
Para hablar: 6
Para girarse, salir del suelo/cama: 5
La movilidad facial: 3
Habilidad manual o escribir: 3
Relajación: 12
Mejorar postura/equilibrio: 8
Reducir rigidez/tensión muscular: 8
Reducir dolor: 3
Tener más energía/reducir cansancio: 3
Manejo del temblor: 3
TABLA 3TABLA 4
Echarse en el suelo en semi-supino para practicar la Técnica AlexanderEl uso de la inhibición y la dirección para mejorar la vida social
7 o más veces por semana: 9 (32%)
5-6 veces/ semana: 7 (25%)
2-3 veces/ semana: 8 (29%)
Nunca: 4 (14%)
Estar mejor en grupos o eventos sociales: 6
Tener más control: 4
TABLA 5TABLA 6
El uso de la inhibición y la dirección en los efectos emocionales que generan los efectos de la enfermedadEstrategias mentales conscientes mencionadas por 5 o más alumnos
Manejo de pánico/estrés/aprensión: 4
Potenciar la capacidad de parar/ darse menos prisa: 4
Incrementar la confianza: 2
7 o más veces por semana: 9 (32%)
5-6 veces/ semana: 7 (25%)
2-3 veces/ semana: 8 (29%)
Nunca: 4 (14%)

A continuación algunos comentarios de participantes del estudio:

  • Uso la TA para evitar desmoronarme, encogerme
  • Cuando tengo la cara tensa y rígida suelto la mandíbula y aflojo la boca
  • Sigo usando las direcciones para permitir que los temblores vayan de una parte del cuerpo a otra y así vayan desapareciendo
  • Sigo usando semi-supino siempre que puedo, especialmente cuando estoy físicamente agotado y necesito relajarme
  • Uso la TA para relajar los hombros y la espalda cuando estoy sentada durante mucho tiempo, especialmente en el teatro o en un viaje
  • Incrementa mi confianza y reduce mi tendencia a apresurarme
  • Usar la TA me ayuda en mi determinación de no rendirme
  • La TA me ha ayudado a aceptar mejor el Parkinson
  • Uso la TA en situaciones sociales, con grupos, en conversaciones con amigos y también cuando hablo con una sola persona
  • Cuando estoy comiendo con amigos soy más consciente de los movimientos y uso la Técnica Alexander para que no se note mi torpeza
  • Tiene una influencia en muchos ámbitos y cubre aspectos físicos de la vida cotidiana. Tiendes a pensar y dirigir cuando pintas una puerta, o cogiendo fruta de un árbol, o sentado en el suelo con alguno de mis nietos

Accede al artículo completo aquí o en la página web de la autora: Chloe Stallibrass.

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