Se practica de la siguiente forma:
1. Uno se echa en el suelo o en una superficie dura. Esta nos proporciona un entorno en el que podemos sentir lo que está pasando. No debe hacerse en la cama o en el sofá ya que éstos no nos dan el estímulo adecuado para recibir información del cuerpo
2. La cabeza se apoya en una superficie dura; unos libros o una guía de teléfono son adecuados. No deben usarse almohadas o cojines, ya que no son el estímulo adecuado
3. Se doblan las rodillas y se mantienen separadas a la distancia de las caderas más o menos
4. Las manos reposarán sobre la tripa o la caja torácica
5. El tiempo es variable aunque suelo recomendar entre 10 y 15 minutos. No obstante es conveniente adaptarlo a las necesidades de cada uno. A veces no podremos estar más de un minuto y otras en cambio permaneceremos media hora o más. Dependerá del contexto y de las necesidades.
La posición es de esta forma:
Semisupino no es un procedimiento de relajación, por lo que es conveniente que los ojos permanezcan abiertos. Puede que alguna vez uno se quede dormido, lo cual suele ser un indicativo de que estamos cansados. Es un trabajo que saca lo que hay; puede que notemos tensiones físicas o mentales, que estamos respirando superficialmente o que nos duele la cabeza. Eso dependerá del día y del momento vital. No obstante, es aconsejable hacerlo después de un par de horas de estudio. Veremos como la musculatura recupera su flexibilidad.
Este trabajo aporta mucho a la hora de cambiar hábitos de movimiento que interfieren con la eficacia. Nos ayudará a volver a “neutro”, es decir, una disponibilidad muscular que nos permitirá adaptarnos a la necesidad que se nos presenta. Cada acción que llevamos a cabo requiere una implicación del sistema neuromuscular. Seamos conscientes o no, este sistema se pone en funcionamiento con la más pequeña de las acciones. A veces, una vez terminada la acción la actividad neuromuscular permanece y cuando respondemos a un nuevo estímulo lo hacemos con una tensión inadecuada para ese momento.
La posición de semisupino nos permite recuperar un cierto contacto con nosotros mismos que nos permitirá soltar las tensiones que no nos hacen falta; y prepararnos por tanto para la nueva necesidad.
Aconsejo a todos mis alumnos que se echen en el suelo todos los días. En mi experiencia (tanto personal como profesional) los resultados son enormemente valiosos para todos los que practican. Disfrútalo.
©Marta Barón