TÉCNICA ALEXANDER MADRID con Marta Barón
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Transformación en movimiento: la dirección en la Técnica Alexander

26/5/2016

 
Recordaréis que el mes pasado escribí sobre la inhibición, una herramienta esencial de nuestro trabajo. Este mes me ocupo de la otra herramienta fundamental. En el video que os propongo tenéis una serie de tomas de atletas moviéndose a cámara lenta. Os invito a observar la dirección de rodillas y codos, que son muy fáciles de ver. También podéis ver cómo la cabeza suele tener una dirección.
 
A mi esta palabra me resulta muy evocadora; dirección tiene por lo menos dos significados:
1. orden, instrucción;
2. en qué dirección se mueve algo.
Tanto la primera como la segunda acepción se usan en la Técnica Alexander. Yo añadiría un tercer significado que es esencial para entender este trabajo: deseo.
 
Cualquiera que viene a clases necesita o desea algún tipo de transformación. O bien tiene algo para resolver o quiere comprender cómo son las cosas.  Tiene necesidad de un cambio. Pero este cambio no puede darse si no sabe lo que está pasando y por lo tanto tiene que aprender a observar, a sentir. Y esto se consigue cuando paramos. Pero sólo con esto tampoco viene el cambio.
 
Para cambiar hay que saber hacia donde queremos ir, qué queremos soltar. Y lo bonito es que sólo con saberlo el trabajo ya se está haciendo. En este caso entra en juego la parte de “deseo” de la que hablaba más arriba.
 
A menudo los que leen una introducción sobre la Técnica Alexander o incluso los que deciden dar algunas clases consideran que tienen que “entender” lo que es la dirección. Pero no hay nada que entender. La dirección no es un concepto, es una experiencia. Así fue como la “desarrolló” F. M. Alexander. Fue probando, buscando, usó el método científico y llegó a una serie de conclusiones. Cuando empezó a enseñar sus hallazgos a otros, tuvo la oportunidad de probar si lo que le había funcionado a él tenía sentido en otras personas. Y lo tenía.
 
Cuando trabajo con alguien quiero ver si hay interferencias a la dirección básica del ser humano: ir hacia arriba. Esta dirección física no es diferente a la de cualquier otro ser vivo: plantas, animales que vuelan, corren o nadan comparten con nosotros esta dirección básica. Cuando no hay vida la compartimos también: seguimos el dictado de la gravedad y vamos hacia abajo.
 
También quiero averiguar si la persona puede poner a funcionar la dirección en el sentido de usar una serie de instrucciones u órdenes mentales ¿Puede ordenarse algo a sí mismo o es presa de sus hábitos? El alumno va a ir aprendiendo lo que son las direcciones de una forma experiencial, con la ayuda de mis manos, que le darán una experiencia de uso de sí mismo en el contexto del movimiento cotidiano.
 
Explico a mis alumnos que la dirección requiere darse una orden mental, les enseño qué ordenes mentales concretas se usan en la Técnica y también el orden en el que funcionan. Aprenden a confiar en la dirección como un simple deseo que conecta sus pensamientos (dirigidos) con su musculatura a través del canal físico que es el sistema nervioso (un sistema de cableado que se inicia en el cerebro y va a todos los rincones del cuerpo enviando señales eléctricas para que el trabajo de cada parte se produzca).
 
También explico en mis clases que muchas partes del cuerpo tienen una dirección natural: la cabeza, los hombros, los codos, los tobillos, las rodillas y las caderas tienen una dirección. Si esta dirección está activa en todo momento, el movimiento fluye con facilidad. Si no es así, significa que hay interferencias y se puede mejorar. Entonces, acometemos el trabajo para restaurar la dirección natural de las partes.
 
Les enseño también –insisto bastante en esto, mis alumnos pueden dar fe –que la dirección no tiene sentido si antes no está funcionando la inhibición. La cuestión no es hacer las cosas de otra forma, sino dejar de hacer lo que interfiere y entonces usar la potencia de las direcciones para optimizar el uso de nosotros mismos.
 
Con las manos les proporciono la posibilidad de tener una experiencia de movimiento que, conectada con la dirección que van desarrollando poco a poco, les irá dando independencia en su día a día. Todo esto es posible porque la Técnica Alexander es una técnica; cualquiera puede aprender sus elementos e implementarla para lo que le interese y con ello, mejorar su vida.

¿Me puedo librar del dolor?

6/5/2016

 
Hace unas semanas tuve una conversación con una alumna mía. Edad media, trabajo sedentario, venía por dolor cervical y lumbar. Sus primeras preguntas ya me llamaron la atención: ¿por qué me duele todo? ¿qué es el dolor?
 
Reproduzco la conversación que tuvimos al respecto del dolor:
Imagen
¿Qué es el dolor?
El dolor es una forma de comunicar que tiene el cuerpo. A veces estamos tan enfrascados en los objetivos de cada día que perdemos el contacto con el cuerpo. Entonces nos manda algún mensaje para que paremos y veamos si todo está bien. Cuando no lo hacemos, llega un punto que nos grita para ver si nos enteramos. Esto lleva al dolor. Y nos hace reaccionar.

¿Pero que haya dolor significa que hay algún problema?
No necesariamente. Cuando nos duele tenemos que mirar un poco si dura o se quita. Si dura no es una mala idea ir al médico para descartar posibles patologías. Tengo muchos alumnos que tienen dolor pero no hay ningún diagnóstico. Es entonces cuando cabe pensar que el problema es el uso que hacen de sus cuerpos.

Pero ¿a qué te refieres cuando hablas del uso? No llego a entenderlo
El uso tiene que ver con la conciencia de nosotras mismas cuando nos movemos. ¿Sabes qué hacen tus brazos cuando coges a tu niño en brazos?¿O cuando estás al ordenador? Lo cierto es que puedes decidir cómo colocarte, moverte o reaccionar. La herramienta para esto es la conciencia corporal y de ti misma; en la Técnica Alexander lo llamamos “uso”. El uso es una cualidad que implica la voluntad y la conciencia. Los niños tienen buena coordinación, pero no tienen conciencia de ello. Los adultos, si aprenden pueden mantener su buena coordinación y por lo tanto estaríamos hablando de buen uso.

Pero yo conozco gente que tiene “mal uso”  y no les duele
Bueno, es que el dolor es algo muy personal. A veces gente con buen uso aparente tiene mucho dolor y con la Técnica mejoran mucho. Otras veces hay gente con un uso pésimo de sus cuerpos pero no les duele. Simplemente su debilidad no está en el músculo esquelético. Sin embargo, la tendencia en nuestra sociedad es bastante consistente: mal uso del cuerpo suele ir acompañado de problemas del músculo. Cuando mejora, los problemas disminuyen.

Entonces si doy clases, ¿se me quitará el dolor?
Lo más probable es que te ayude mucho pero tenemos que empezar a trabajar y ver qué cosas puedes cambiar en tu día a día para favorecer un mejor funcionamiento de los músculos que se aleje de los patrones de movimiento y soporte que dan lugar al dolor.

Pero hay días que no me duele, o bien me duele sin que haya pasado nada, muchas veces no puedo prever si me va a doler o cuanto. ¿Qué puedo hacer?
Lo mejor es acostumbrarte a observarte. Cuando notes que empieza a doler deja un momento la actividad que estás haciendo (si es posible) y quédate quieta. Observa tu cuerpo, mira a ver si puedes sentir algo. Puedes hacerlo de pie y observar el contacto de los pies con el suelo. Recuerda también la distancia entre los pies y la cabeza. También, si puedes echarte en el suelo, hazlo (aquí puedes leer cómo echarte correctamente en el suelo). Te puedes preguntar qué ha pasado que haya podido disparar el dolor. Puede que al principio no encuentres nada que lo justifique, pero con el tiempo aprenderás a reconocer lo que te ha sacado del equilibrio.

Entonces, ¿yo soy la responsable del dolor?
Bueno, tu tienes la llave de la forma en que reaccionas a los estímulos que se te van presentando. Por lo tanto, en cierta forma sí. Pero lo importante es que tú tienes la capacidad de arreglar esta situación;  la solución depende de una serie de capacidades que tiene todo ser humano: percibirse, observarse, parar, etc. Con la Técnica Alexander aprenderás a ponerlas a funcionar.

Y ¿hay algún estudio que avale la utilidad de esta técnica con el dolor?
En el Reino Unido se han hecho algunos estudios valiosos. Se hizo uno sobre la utilidad de la Técnica Alexander a la hora de tratar el dolor de espalda. Otro con el dolor de cuello. Precisamente en mi web hay algunos estudios en los que se habla de esto.

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