Q bonito !!! Me ha tocado el alma un aplauso muy grande para este señor...
Posted by Escapate Hoy on dilluns, 16 / desembre / 2013
A menudo me preguntan qué es la Técnica, para qué sirve, etc. Yo misma tengo en mi web una sección de “preguntas frecuentes”. Es, claro, una pequeña guía general. Pero cuando la gente viene a dar clases la actitud es totalmente diferente. Tú, yo, somos individuos y aprendemos este trabajo de forma individual.
Me interesa saber qué pasa con cada alumno, qué le pulsa y como reacciona a ese estímulo. Lo que para algunos es fácil de resolver, para otros es un misterio escondido en algún lugar al que no tienen acceso. Trabajo con el alumno para ayudarle a “ver” esos lugares ciegos en los que no ve lo que está generando, de hecho, el problema. Y poco a poco va aprendiendo a implementar las herramientas que ofrece la Técnica Alexander para mejorar su vida.
La individualidad es muy importante en nuestro trabajo. No trabajamos de forma estadística; es decir, dos personas con un mismo problema aparente, tendrán procesos muy diferentes ya que sus dificultades iniciales serán distintas y dependientes de sus tendencias naturales, circunstancias personales, ideas preconcebidas erróneas u otros aspectos que iremos descubriendo poco a poco en las clases.
Me ha llamado mucho la atención la parte del vídeo en la que los modelos abrazan, sonríen y disfrutan sus “alter ego”. Por mucho que les falte un trozo de cuerpo, o que estén “torcidos”, por mucho que no sean “perfectos” resulta que se identifican como individuos. Y esto es algo que muchas personas con aparente “perfección” en sus trazos, han perdido en algún momento. Porque la individualidad va por dentro, la tenemos al principio y a menudo la perdemos. Sin embargo siempre permanece ahí, por lo que podemos recuperarla.
Personalmente puedo decir que la Técnica Alexander me enseñó a parar, a observarme, a decidir qué quería hacer con mis brazos, mis piernas, la cara o la respiración y todo esto contribuyó al reencuentro con mi propia individualidad. Fue un proceso sorprendente y maravilloso.
A menudo compruebo, y suelo decirlo a mis alumnos, que no sabemos quienes somos. Una y otra vez trabajo con gente que no tiene claridad de lo que le pasa, lo que necesita o lo que desea. Conocen y experimentan los síntomas de su problema pero no saben de dónde viene ni qué lo ha provocado o con qué lógica mejora o empeora. Esto es, también, individual. Suelo decir que le han “perdido el hilo” al cuerpo. Recuperarlo es la labor que hacemos los profesores de la Técnica.
La gente quiere saber cual es la forma “correcta” de estar al ordenador, andar o estar de pie. Hace poco un médico amigo me preguntó cual era la mejor forma de dormir. Quizás te preguntes por qué cuando un experto ergonomista te da consejos sobre estas cosas no puedes llevarlas a cabo en el tiempo. La respuesta a todas estas cuestiones es sencilla desde el punto de vista de la Técnica Alexander: somos individuos y no hay una fórmula que nos acomode a todos.
Bueno, sí: deja de encogerte. Pero claro, donde cada uno nos encojemos es algo individual. Con las clases, cada alumno se va dando cuenta de donde se encoge, cuando y con qué estímulos. Y las clases les dan la experiencia de lo que es moverse sin encogerse. Así, dejando espacio a su individualidad, aprende a manejar las exigencias del día a día sin hacerse daño.
Así que, si quieres empezar pregúntate: ¿me estoy encogiendo?. Ahora que estoy al volante, al ordenador, subiendo una montaña o bajando las escaleras. Ahora que estoy tocando mi violín o llevo seis horas al volante. Ahora que estoy agotada o enfadado o baja de ánimo, ¿me estoy encogiendo? Atiende al individuo que eres y obsérvalo.