Qué es la
Técnica Alexander

Transforma tu dolor corporal, rigidez o mala postura.

Con la Técnica Alexander vas a ver, en tiempo real, como los dolores y rigideces de tu cuerpo van cediendo.

Tu relación con tu cuerpo se hace más fluida y eres capaz de tomar decisiones sobre tu cuerpo que te lleven en la dirección que deseas, sin hacerte daño.

¿Qué soluciona la Técnica Alexander?

Dolores corporales

Rigidez corporal (y mental)

Mala postura

Respiración superficial y sus problemas asociados

Problemas de soporte en situaciones repetitivas, como conducir o tocar un instrumento

Mejora el uso de la voz

¿Para quién es la Técnica Alexander?

Es para ti si crees que tú puedes intervenir para resolver tus dificultades corporales (con un poco de ayuda externa)

Si has probado otros métodos y no te han ayudado a solucionar tu problema de dolor, incomodidad o rigidez. He ayudado a muchas personas que habían probado de todo y su problema volvía una y otra vez.

Si buscas, no sólo recuperarte de tu problema corporal, sino aprender algo que te acompañe en cualquier actividad que emprendas

Si haces alguna actividad repetitiva y tienes dificultades en su ejecución. Buscas una solución y tienes claro que existe aunque no hayas dado con ella.

¿Qué se aprende con la Técnica Alexander?

Aprende sobre tu funcionamiento y sobre la conexión entre tu cuerpo y tu mente

Aprende cuáles son tus hábitos corporales y mentales cuando emprendes una actividad

Aprende a cambiar los hábitos que no son eficaces

Aprende a usar algunas herramientas muy útiles y sencillas para gestionar tus dificultades

¿Qué vas a conseguir con la Técnica Alexander?

Optimiza tus acciones

Si sabes cosas sencillas sobre tu funcionamiento, será más difícil que te hagas daño, ya que respetar el diseño se hará más fácil.

Minimiza la tensión y el estrés corporal

Saber cuales son tus hábitos nocivos te ayudará a cambiarlos; cubrirás tus necesidades y exigencias con salud

Disfruta de cada actividad que haces

¡Sí, cada actividad! Eso es posible si te observas bajo una luz diferente: la de la posibilidad de usar tu sistema de forma respetuosa ¡Imagínate lo que sería disfrutar de cada actividad!

Incorpora nuevas herramientas

Las herramientas de la Técnica Alexander son pocas y sencillas. Solo se requiere algo de entrenamiento para activarlas y empezar a usarlas con frecuencia. Eso es lo que aprenderás en las clases.

¿Qué no es la Técnica Alexander?

No es terapia, ni alternativa ni de otro tipo. Es un trabajo de aprendizaje, yo te enseño algo, tú aprendes poco a poco

No es un método de ejercicio. Vas a entrenar algunas de tus capacidades pero nunca de una forma repetitiva y siempre con conciencia

No es un trabajo pasivo. Siempre digo que a las clases se viene a trabajar, tu mente ha de estar implicada en lo que estamos cociendo. Si conseguimos esto, el resultado es óptimo

No es un trabajo puntual. Una clase es un pequeño eslabón de una cadena, el trabajo de varias clases es lo que te da un punto de vista más rico y útil para ti

No es una técnica de manipulación. Trabajo con las manos pero no voy a colocarte o forzarte de ninguna forma.

No es algo que tienes que aprender y hacerlo “bien”. Buscamos más matices que “bien” o “mal”

Clases individuales

Una clase a la semana. Para comprometerte con un cambio duradero a largo plazo

Entrenamiento

Programas trimestrales y anuales. Para profundizar en la Técnica Alexander

F. M. Alexander

El padre de la Técnica Alexander

Frederick Matthias Alexander (1869-1955) fue un actor australiano que, en su temprana carrera, se vio limitado por problemas de voz. Como consecuencia de esto, y en vista de que médicos y profesores de voz no lograban dar con una solución duradera, emprendió una investigación personal para descubrir el origen de sus dificultades.

Con un poco de observación, descubrió que repetía una serie de movimientos sin darse cuenta, y ocurrían cada vez. Cuanto más difícil era lo que hacía, más aparecían estas reacciones musculares. Entonces inició un laborioso camino para detener esas reacciones que le llevaban a resultados indeseados.

Origen de la Técnica Alexander

Breve historia de la Técnica Alexander

Alexander constató que, de forma inconsciente, tensaba el cuello. Se dio cuenta de que lo hacía cada vez que iba a recitar y, con un poco de práctica, pudo ver que lo hacía en muchas más ocasiones. Practicó delante de un espejo hasta darse cuenta de que si cambiaba ciertas posiciones y actitudes, también lo hacían sus consecuencias. Con el tiempo ideó un método que no solo le libró de su problema crónico de voz sino que mejoró su salud de forma considerable. Al ver la mejoría que se había producido en él, algunos compañeros de profesión y amigos le empezaron a pedir consejo. De esta forma empezó a enseñar a otros. Muy pronto algunos médicos le estaban mandando gente.

A partir de 1904 su vida cambiaría, ya que deseaba presentar su técnica en un mundo más amplio y decidió irse a vivir al Reino Unido. Gracias a algunas cartas de recomendación y su buen trabajo con cientos de personas, su técnica recibió el apoyo de médicos, directores de escuelas privadas y estudiosos en varios campos. Su práctica privada de enseñanza fue exitosa tanto en Reino Unido como en EEUU, donde pasaba largas temporadas tanto en la Primera como en la Segunda Guerra Mundial.

Escribió cuatro libros sobre su trabajo: La herencia suprema del Hombre (1910), Control consciente y constructivo del individuo (1923), El uso de sí mismo (1932) y La constante universal de la vida (1941). Todos ellos están, en la actualidad, traducidos al español (botón para la página de libros).

En 1931 abrió un curso de formación de profesores. A su muerte había unos 25 profesores enseñando su técnica. En la actualidad hay unos 3000 profesores repartidos por el mundo.

Una clase con F. M. Alexander

Imágenes originales de F.M. Alexander haciendo una demostración de la Técnica. En inglés.

Mis alumnas y alumnos cuentan su experiencia con la Técnica Alexander

Aitor Grandes Gajate. Empresario

Conocí la Técnica Alexander por casualidad, a través de mi amiga María de Marcos. En ese momento me encontraba con fuertes dolores de espalda que venía arrastrando desde hacía muchos años. Comencé a leer en internet sobre el tema y me compré algunos libros, pero no llegaba a comprender del todo en qué consistía. Buscando en internet di con la consulta de Marta Barón y me decidí a escribirla. Comenzamos haciendo una sesión semanal y también le pedí bibliografía para seguir profundizando. Si bien es cierto que creo que intelectualmente sigo sin comprenderlo del todo, el efecto en mi cuerpo ha sido prácticamente magia. Y creo que no me quedo corto si digo que también ha sido el inicio de un profundo cambio espiritual. Además de las sesiones con Marta, lo que más me ha ayudado es hacer el trabajo de semisupino en casa, que Marta me enseñó en mis clases. Esos 15 minutos cada día me producen un gran bienestar. Creo que la Técnica Alexander, en mi caso particular, ha sido la entrada al mundo del yoga y la meditación que tanto bien me hacen hoy en día. Gracias, Marta, por tus clases.

Pablo Vivancos. Pianista

He estado cuatro años recibiendo clases de Técnica Alexander de Marta Barón, hasta que tuve que dejar Madrid para dedicarme a mi carrera profesional. Al comenzar mis estudios superiores de piano, me dijeron que podía ser interesante conocer la Técnica Alexander, por lo que decidí probar aún no conociendo en qué consistía. Desde la primera clase me quedé sorprendido, no sabía describir qué había pasado, pero la relación con mi cuerpo y con mis movimientos era diferente. Recuerdo que Marta se dedicó a trabajar conmigo, sin hacerme apenas preguntas, simplemente observando y guiándome con sus manos. Realmente no sabía lo que estaba haciendo, pero mi percepción sensorial era diferente y novedosa.
Durante las primeras semanas experimenté un proceso de descubrimiento. Seguía sin saber en qué consistía la Técnica ni qué hacía Marta al apoyar sus manos en mi cuerpo, pero me sentía más conectado y consciente de mí mismo. No sabía cómo relacionarme con él, pero sí sabía que existía una relación que se podía observar y, quizás, educar. De esta forma fui adentrándome en el proceso de aprendizaje que plantea la Técnica Alexander, observando, pensando y tomando decisiones.
Los cambios que me ha aportado la Técnica Alexander no llegaron con presteza, pero sí para quedarse. Se trata de una reestructuración y reeducación general a nivel profundo a través de la observación de cómo nos usamos a nosotros mismos para así poder relacionarnos de otra forma más útil y funcional. Ahora me doy cuenta de que mi cuerpo funciona mejor: tiene más energía, es capaz de sostenerse con mayor facilidad, es más espontáneo y presenta menos lesiones y enfermedades.
Me habría dado más que satisfecho con todos estos cambios, pero la Técnica también reestructuró mi mente, cambiando la forma de relacionarse no solo con mi cuerpo sino con el mundo exterior. Ahora gestiono mejor mis días, soy consciente de mis estados físicos y psíquicos, comprendo cuándo mi cuerpo está cansado por falta de energía o por otras variables psicológicas como estrés o monotonía y me relaciono de una forma más consciente y sana a nivel social.
Definitivamente, la Técnica Alexander fue, en un principio, algo desconocido, después una curiosidad, posteriormente un interés y finalmente, una herramienta indispensable en mi vida.

Preguntas frecuentes
Los cambios empiezan a notarse después de 6 u 8 clases. Si lo que buscas es un cambio duradero, recomiendo dar un año de clases. En este tiempo, verás como se transforman tanto los aspectos que sabías que necesitabas mejorar, como otros muchos que no habías previsto y van mejorando cada día.
Recomiendo dar un mínimo de una clase por semana. Y para comenzar recomiendo mi oferta de bienvenida, tres clases por semana durante tres semanas. De esta forma, en muy poco tiempo puedes comprobar lo que el trabajo puede hacer por ti.
Los libros y vídeos siempre son interesantes, pero es el trabajo presencial lo que va a facilitar una transformación significativa. Es un trabajo que requiere tener la experiencia y sin ella tan solo es comprensión intelectual. Una vez que hayas dado clases, los libros ayudarán a ampliar tu comprensión.
Solo necesitas ropa cómoda y normal. Puedes venir en vaqueros, aunque mejor si no son muy apretados. Los tacones, faldas estrechas y ropa que restrinja el movimiento, mejor no.
Ofrezco webinars de introducción por zoom, pero nunca el trabajo de verdad. Para hacer este tipo de trabajo es necesario que estés presente. Es así como vas a conseguir el cambio que necesitas y que te va a llevar a los resultados que estás buscando. Las clases de grupo también existen, pero son para niveles más avanzados. Una vez que hayas dado tus clases individuales, puedes integrarte en alguno de los programas de entrenamiento que ofrezco
¡Claro! Ponte en contacto y vemos cuando podemos quedar. Además, puedes beneficiarte de alguna de mis promociones.
Las clases individuales cuestan 50€. Tengo algunas propuestas para empezar. Consulta las opciones en la web o contacta conmigo.

¡Sin duda! Recomiendo a todos los que se acercan a la Técnica que practiquen “semisupino” a diario. Es uno de los procedimientos que aprenderás en las primeras clases.

Si ya has dado algunas clases, te recomiendo mirar los programas de entrenamiento que encontrarás en esta web. El entrenamiento te ayudará a ir más allá e incluso a hacerte profesor de la Técnica Alexander, si eso es lo que deseas.

Librería especializada

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de la Técnica Alexander

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